El MoraBanc Andorra acaba superado en un partido de dos caras en una de las pistas más complicadas de la competición. El inicial homenaje a Joan Plaza en la que había sido su casa durante 325 partidos no se ha podido redondear con una remontada que hubiera sellado, matemáticamente esta jornada, la permanencia en la Liga Endesa.
Igualado comenzaba el enfrentamiento en Málaga con un intercambio protagonizado por Jerrick Harding y Killian Tillie. El escolta tricolor cogía la responsabilidad ofensiva mientras que detrás cerrábamos bien los balones que rechazaba nuestro aro. Con todo ello, el MoraBanc se colocaba mínimamente por delante en el marcador superado el ecuador (minuto 5, 11-13). Los de Ibon Navarro cambiarían rápido la dinámica con un Osetkowski inspiradísimo (20 de valoración al descanso) para cocinar a fuego lento un parcial de 9-0 que nos hacía daño. Nuestros propios errores en defensa les hacían fácil el trabajo, y entonces éramos nosotros los que no encontrábamos canasta. 27-16 para finalizar el primer asalto tras un triple final de Perry, donde destacó, negativamente, nuestro 3/10 en tiros de 2 y 1/7 en tiros de 3. El Unicaja había olido sangre, y quería mucho más ante un Martín Carpena casi lleno a reventar. La diferencia se escalaba hasta los 18 puntos de diferencia tras un nuevo parcial encajado al iniciar el segundo periodo, y los malagueños marcaban esta línea hasta bien marcharse a los vestuarios. Los intentos de los visitantes eran insuficientes ante un rival muy superior, y el 53-34 del descanso hacía justicia a lo que se estaba viendo en pista. En tema de acierto ellos eran la otra cara de la moneda con un 7/14 en tiros de 3 y un 13/19 en tiros de 2. De cara a la segunda parte habría que ver si la sangre llegaba al río o los andorranos competirían a base de orgullo propio para marcharse con las mejores sensaciones posibles de Andalucía.
Con el partido encarrilado, los locales bajarían comprensiblemente sus registros. Desde la intensidad al acierto, y eso lo aprovechaban los de Joan Plaza para empezar a recortar diferencias hasta casi la barrera psicológica de los 10 puntos (minuto 25, 57-44). Perry por su parte se encargaba de frenar las esperanzas de remontada de los tricolores. Esta acción se convertía en un punto de inflexión para que los malagueños se catapultaran hasta los 21 puntos de diferencia y tirar por tierra trabajo realizado. Sin embargo el equipo no dejaría perder del todo la cara al partido, y la entrada de un atrevido Enzo Goudou-Sinha hacía que se fueran rascando cosas positivas. Con unos buenos minutos del francés nos hemos llegado a poner a 11 puntos de nuevo, pero Osetkowski anotaba sobre la bocina para dejar el 69-56 en el luminoso. Quedaba mucho, todo un cuarto y ostras… Porque no? 3+1 de Kyle Kuric, pequeña chispa de Shannon Evans e ir rascando para ir acercándonos (minuto 33, 77-68). Este trabajo de bajar al barro nos ha hecho acercarnos hasta los 8 puntos del rival (minuto 36, 81-73), pero las sensaciones en pista eran totalmente diferentes. Las piernas podían, y contra todo un Unicaja con lo que son, pero la sensación que queda es que la cabeza no ha sido capaz de tener ese plus de ganas que debes tener para intentar superar a un equipo y entidad de estas características. Los detalles han acabado marcando la diferencia y el Unicaja, con un último y definitivo empujón, se ha llevado la victoria con el 98-80 final.
El próximo partido será el sábado 10 de mayo a las 19:30 horas en el Pavelló Toni Martí con la visita del Bàsquet Girona, jornada treinta-una de la Lliga Endesa.