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El MoraBanc Andorra supera al Coviran Granada en su último partido de temporada y se despide de este curso con 14 victorias. Los de Joan Plaza han tenido que, casi, ganar el partido dos veces para acabar superando a un rival que no ha dejado de creer.
En un partido complicado de afrontar por ambos equipos era el MoraBanc Andorra quien empezaba mejor el enfrentamiento con un parcial de 0-9 que llegaba de manera rápida (minuto 1:20, 0-9). Coviran Granada no empezaba con acierto, y los nuestros tampoco se lo ponían nada fácil. Llegando al ecuador, Kyle Kuric se sumaba a la fiesta y provocaba el primer tiempo muerto de Pablo Pin (minuto 4, 2-14). Los andorranos estaban siendo claramente superiores en estos primeros compases, e incluso aguantaban la reacción andaluza liderada por Rousselle y García (minuto 7, 11-20). Los rojos ya veían aro, pero los azules no dejaban de hacerlo tampoco. 18-30 para cerrar un primer asalto que dejaba muy buenas sensaciones. Aprovechando la buena inercia, los de Joan Plaza continuaban haciendo grande la herida gracias a unos grandes minutos de Ben Lammers en defensa y en ataque (minuto 13, 21-36). Su reacción llegaría como era lógico, y lo hacía con un parcial de 11-2 que esperanzaba a su afición (minuto 17, 32-38). Sin dejarse doblegar, el MoraBanc volvía a poner el punto del día en los básicos y devolvía el golpe con un 2-7 que provocaba su tiempo muerto (minuto 18:30, 34-45). Este parcial se alargaba gracias al 11º punto de un Kyle Kuric encendido delante y un triple de Nikos Chougkaz que, desgraciadamente, acabaría siendo de dos puntos. 34-49 que hacía justicia a la superioridad visitante en estos primeros veinte minutos.
Bien comenzaba la segunda parte el MoraBanc, y mostraba a corazón abierto sus intenciones de ir encarrilando el partido (minuto 23, 39-56). Quizás el hecho de vernos tanto por delante, o por nuestra situación en general, nos convertíamos en nuestra propia “kryptonita” y sufrimos un mal tercer cuarto en líneas generales (28-17). A base de creer en él y de ir más, el Coviran Granada iba erosionando distancias en el marcador y llegaríamos al tramo final de asalto con el marcador bien ajustado en comparación a como había sido en compases anteriores (minuto 26:30, 55-58). En resumen, partido casi nuevo el que vivíamos en el Palacio, y habría que ver si el MoraBanc Andorra podía revertir la situación a golpe de orgullo. Un triple de Stan Okoye desgraciadamente era contestado por tres tiros libres de Valtonen, y eso cerraría el tercer cuarto con el 62-66. Había que bajar al barro de nuevo, como tan bien habíamos hecho desde buen inicio. La pareja formada por Ferran Bassas y Sekou Doumbouya, junto con el siempre innegociable esfuerzo de Chumi Ortega, nos hacían recuperar aquella solidez que tanto nos había faltado en ambos lados y provocar así un nuevo tiempo muerto (minuto 34, 67-75). Con las ya recuperadas buenas sensaciones de lucha y esfuerzo el MoraBanc recuperaba unos 11 puntos de diferencia que dejaban grogui al Coviran (minuto 36, 68-79). En el tramo final de partido, lógicamente los locales ya han bajado los brazos y ha comenzado el momento de mover sus piezas para que la afición se despida de sus jugadores con ovaciones más que merecidas tras un gran esfuerzo poco compensado de toda la temporada. También ha habido momento para que Aaron Ganal disfrute de unos minutos que también se ha más que ganado. Cerramos la temporada con victoria a domicilio con el 77-89, la decimocuarta, una más que la última temporada. Y para que no añadirlo, nuestro estimado fisio Pol Ausàs ha roto un maleficio particular de 777 días sin ganar un partido lejos del Principado. ¡Felicidades, Polete!
